En el mes de mayo, sorpresivamente, la compañía holandesa Shell anunció la venta de sus acciones en el proyecto London Array, un  parque eólico “off shore” de 1.000 Mw. de potencia -341 turbinas- que se planea instalar en el Estuario del Río Thamesis y que abastecerá a un cuarto de la electricidad requerida por el  Gran Londres.

El anuncio, que pone en duda el futuro del proyecto, ha sorprendido a las autoridades inglesas, que estaban próximas a otorgar la factibilidad para el inicio de las obras. Ésto, a su vez, plantea dudas sobre la meta fijada para el año 2020, respecto a que 20% de la totalidad de la energía generada en el Reino Unido provenga de una fuente eólica de tipo “off shore”.

Por su parte, Shell, quien había impulsado el proyecto en el año 2001, justificó su  decisión en el alza excesiva de los costos que sufrió el proyecto, un 45% por encima de lo planeado, por lo que ya adelantó que en el futuro se enfocará únicamente a emprendimientos de tipo “on shore”. En tal sentido, planea invertir más de seis billones de dólares en un parque eólico que se instalará en Texas, Estados Unidos.