Con poca difusión local, el pasado 02 de Octubre culminó en la Ciudad de Buenos Aires la IX Conferencia de la Convención de Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (UNCCD) que tuvo como objeto principal analizar el avance de la desertificación, la degradación de los suelos y la sequía.

En la reunión, a la que asistieron más de 70 ministros y jefes de delegaciones de los 193 países que participan en la UNCCD, se alertó sobre la cercanía de una "tormenta perfecta" por la convergencia de factores como el cambio climático, la degradación de las tierras y la crisis alimentaria.

En el orden práctico, lo más relevante fue el acuerdo de poner en marcha once indicadores para medir la desertificación, aunque cabe aclarar, que sólo dos deberán ser instaurados en los países firmantes los próximos dos años, mientras que los otros nueve serán de cumplimiento voluntario. Los dos indicadores obligatorios son el porcentaje de población que vive por debajo de la línea de la pobreza en las áreas afectadas por la desertificación y el estado de cobertura vegetal del suelo.

En cambio, un punto que generó fricción entre los participantes, fue el presupuesto de funcionamiento de la secretaría y de estas conferencias. Finalmente, luego de arduas negociaciones, se aprobó un incremento de poco más del 4% del presupuesto, que será de 11,2 millones de euros para los próximos dos años.

Por otra parte, unas cuarenta ONG emitieron un duro comunicado donde calificaron la cumbre de desertificación como la "hermana pobre" de las tres convenciones de la ONU sobre medio ambiente. Las otras son las reuniones de cambio climático y la de biodiversidad. Las ONG destacaron también el "escaso compromiso" de los gobiernos. "No sólo no se avanza en el combate, sino que ni tan siquiera se han conseguido establecer indicadores suficientes para evaluar el estado mundial y la evolución del problema".

Las conclusiones arribadas en la Conferencia podrán encontrarse aquí.