CHINA Y SU DESARROLLO NO SUSTENTABLE

 

Desde su apertura económica al mundo, la República Oriental de China esta viviendo un período de expansión económica nunca antes experimentado desde su existencia. Desde el año 2002 su economía crece en dos dígitos, el volumen de sus importaciones, en especial de recursos naturales, viene creciendo sostenidamente desde el año 1999, el consumo es cada mayor: por ejemplo, la mitad del cemento, un tercio del acero y un cuarto del aluminio producido en el mundo lo adquiere China.

Sin embargo, como destaca el semanario The Economist, China se expande a costa del medio ambiente, y en particular por cuestiones energéticas. El crecimiento económico debe ir acompañado de la energía necesaria para poder sostenerlo, pero cuando no se tiene un plan energético ni se cuenta con la infraestructura aporpiada para abstecer la demanda, se hace necesario recurrir a fuentes de energías que aunque baratas y eficientes en lo económico, son contaminantes.

Desde el año 2003, se ha acentuado en China la construcción de centrales eléctricas que funcionan en base a la quema de carbón. En un principio, se autoabastecía del mineral proveniente del interior, que se transportaba por vía férrea  a las plantas eléctricas ubicadas cerca de las costas, pero por un tema de costos y por el colapso originado en las redes ferroviarias, se volvió más beneficio para las autoridades chinas importar el carbón de otras partes del mundo, favoreciendo a  países como Australia y Congo, con grandes reservas de carbón y a una distancia relativamente cerca de China.

Las plantas eléctricas que funcionan a carbón son altamente contaminantes si no se construyen con tecnología de avanzada. En China sucede eso. La mayor parte de las plantas son “sucias”, dado que las emisiónes gaseosas generadas no se tratan. Según un informe de la Oficina Medioambiental holandesa (MNP por sus siglas en holandés) publicado el año pasado, el gigante asiático superó a los Estados Unidos en la emisión de dióxido de carbono en términos absolutos, convirtiéndose de esa forma en el país más contaminante del mundo. 

Sin embargo, los problemas ambientales de China no se circunscriben únicamente al tema aire. El agua también se encuentra muy afectada, especialmente por el crecimiento del uso industrial y agrícola. La cantidad de agua disponible por persona es solo un cuarto del promedio mundial, y dos de cada tres ciudades chinas sufren de escasez de agua. El agua subterránea esta siendo extraída en tales cantidades que no permite su reabastecimiento. La mayoría de las ciudades chinas, incluyendo parte de Beijing, no efectúa ningún tipo de tratamiento sobre las aguas residuales, y según un informe del Banco Mundial, la mitad del agua disponible en las siete mayores cuencas no es apta para consumo.

Todo ello, ha generado una fuerte crítica de la comunidad internacional en especial de la Unión Europea que intenta posicionarse a la vanguardia en la lucha contra el cambio climático, y de los Estados Unidos que no ratificó el protocolo de Kyoto, entre otras razones, por la no inclusión de China entre los países obligados a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero. Pero lo más significativo, es que el pueblo chino parece haberse despertado y reclama con mayor frecuencia por cuestiones ambientales. Hoy, el medio ambiente representa la segunda mayor causa de protestas, despues de los reclamos relacionados con la propiedad de la tierra.

Estas voces de protesta han sido oidas de alguna forma por las autoridades. A principio de este año, se presentó un proyecto para que la Administración Estatal para la Protección Ambiental (SEPA, por sus siglas en ingles), máxima autoridad ambiental del país, se ascienda a rango de ministerio. Asimismo, se han tomando algunas medidas para mejorar el desempeño ambiental. Las nuevas plantas electricas a carbon que se construyan, deberán instalar filtros en sus chimeneas para remover el dioxido de carbono, lo mismo para las grandes plantas ya instaladas, además se ordenó a los gobiernos locales cerrar aquellas plantas a carbón que produzcan menos de 25 MW y se prohibió la construcción plantas que generen menos de 300 MW. Finalmente, se pretende diversificar las fuentes de energía. Se planea incrementar cinco veces la capacidad de generación de energía nuclear, y se estableció que para el año 2020 el 15 % de la energía que se consuma debe provenir de fuentes renovables.

Será esencial para el gigante oriental implementar medidas de este tipo, como así tambien insertarse en la comunidad intenacional, por ejemplo suscribiendo el próximo acuerdo global que suceda al Protocolo de Kyoto, de esta forma se atacará al fenomeno mundial del cambio climático, y podrá decirse finalmente que China se desarrolla de manera sustentable.

Lisandro Dellazuana

 
   
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