LA "CUESTIÓN INDÍGENA" Y EL DESARROLLO SUSTENTABLE

Desde que Argentina incorporó el reconocimiento explícito a los pueblos originarios con la reforma de 1994 y con la posterior adhesión al Convenio 169 de la OIT, la agenda politica nacional y en aquellas provincias donde se encuentran comunidades aborígenes ha estado signado por los desafíos de plasmar los derechos y garantias respecto de estas comunidades en acciones concretas.

La cuestión no es menor si se piensa en las areas potencialmente conflictivas, como es el caso de la explotación de recursos naturales, uso del agua o la explotación minera en zonas donde confluyen los intereses y derechos de las comunidades aborígenes con los intereses y derechos de quienes explotan estos recursos. Lamentablemente en algunos casos, estos conflictos han terminado en la justicia con confrontaciones de intereses en un juego de suma cero. Sin embargo, hay otras instancias mas alentadoras donde estos  conflictos se han encauzado de manera mucho mas positiva con soluciones donde los beneficios para las comunidades se suman con la armonización de otras actividades productivas. Tal es el caso del proceso puesto en marcha en la Provincia de Jujuy a partir del Fallo “Acción de Amparo: Andrada de Quispe Rosalía Ladiez, Lucio Vasquez, Nicolás Vilca, Primo Guanuco, Raúl Alberto Ramos, René Calpanchay González, Flora Elsa Cruz, Severiano Lamas, Petrona Siveria Salas, Samuel Abel Camacho c/ Estado Provincial” (ver fallo). La sentencia exigió la regularización de la titularidad de las tierras comunitarias, elemento central de los reclamos de los pueblos originarios de la Puna, junto con la obligación de diseñar un mecanismo institucional para asegurar la participación de las mismas comunidades en los proyectos mineros que se encaren en la provincia. Encarar un modelo de gestión ambiental para la minería que armonice las exigencias del Convenio 169 de la OIT respecto de la participación de las comunidades en los procesos decisorios referidos a los recursos naturales, con los intereses del sector minero, nos parece un esquema mas que alentador, particularmente en los momentos actuales donde la tendencia de algunos medios y organizaciones sociales a demonizar la mineria se tiende a difundir a expensas de un debate mas sensato y racional.